Los bebés dan sobre saltos mientras duerme: sacuden las piernas, los brazos e incluso la cabeza, y tienen despertares nocturnos. En los primeros meses es completamente normal. Sin embargo, cuando crecen, estos episodios pueden ocultar trastornos del sueño. ¿Cuáles son las causas?
¿Es normal que un bebé duerme intranquilo?
Mueve los brazos y las piernas mientras duerme, a veces la cabeza, y te preocupa que le duela o que le pase algo. En realidad, no hay nada de qué preocuparse. Es normal que los bebés se muevan durante el sueño: significa que su actividad cerebral está activa.
Hay que tener en cuenta que el sueño de los lactantes no es como el nuestro: los bebés tan pequeños entran y salen constantemente del sueño REM, pasando del sueño ligero al sueño pesado con mucha más facilidad que nosotros.
Como resultado, el sueño del bebé puede verse alterado y ocurre que lloran, gimen, hacen muecas, retuercen la cabeza, las piernas o los brazos.
Al cabo de unos meses, sin embargo, el niño empieza a dormir períodos más largos de forma ininterrumpida, pero pueden seguir produciéndose episodios de alteración del sueño. En estos casos, ¿a qué pueden deberse?
¿Por qué los recién nacidos se inquietan mientras duermen?
Como hemos dicho, en los primeros meses es bastante normal que un bebe se mueva mucho mientras duerme, porque sus ritmos son diferentes de los nuestros. A veces, sin embargo, estas alteraciones se producen cuando su sueño ya está asentado. ¿Cuáles son las causas?
Empecemos por lo básico: un niño se despierta por la noche si tiene el pañal mojado, si tiene hambre, si tiene calor. En estos casos, basta con resolver el motivo del malestar y volver a dormir.
Alrededor de los nueve meses suele aparecer la ansiedad por la separación y el miedo al extraño, y los despertares nocturnos pueden ser frecuentes. En esta fase es muy importante tener una rutina de sueño y que el niño se duerma en su cama. Hablaremos más de esto en los párrafos siguientes.
Los despertares nocturnos también pueden estar provocados por determinados acontecimientos físicos, como la dentición o un resfriado, que obviamente dificultan la respiración y el sueño profundo.
O por cambios que tienen un peso psicológico para el niño, como el comienzo de la guardería o la llegada de un hermanito.
En general, podemos decir que los trastornos del sueño infantil son totalmente benignos y se producen al menos una vez en la vida hasta los 6 años. Normalmente desaparecen por sí solos.
Si están relacionados con problemas no resueltos o se producen con cierta frecuencia e intensidad, lo mejor es consultar al pediatra.
La importancia de la rutina del sueño en bebés
El sueño de un bebé es muy diferente del de un adulto. Con el paso del tiempo, evoluciona y se acerca al nuestro. Pasados los primeros meses, los padres pueden ayudarle a asumir un ritmo de sueño-vigilia similar al nuestro creando rutinas bien definidas.
Un método eficaz es el ritual del sueño, es decir, crear una rutina de gestos que precedan a la hora de acostarse y que sean siempre los mismos cada noche, para que el niño pueda asociarlos
Por ejemplo: un baño, una nana, música relajante, luces tenues
El objetivo del ritual antes de ir a dormir es calmar al niño. Saber exactamente lo que va a ocurrir a continuación reduce el estrés en él y aumenta su sensación de seguridad. De este modo, el sueño llega más fácilmente y es más tranquilo.
Qué hacer si tu bebé se queja y retuerce mientras duerme
A partir de los seis meses, los bebés empiezan a dormir la mayor parte de la noche, pero hasta la edad escolar sigue ocurriendo que los niños se despiertan en mitad de la noche.
Para empezar, debemos intentar saber cuál es el motivo por el que se despierta, para poder actuar en consecuencia.
Por ejemplo: ¿crees qué es por el miedo a la oscuridad? Hoy en día hay luces para niños, estas luces son cálidas, y se suelen apoyar en la mesita de noche o en un enchufe en la pared. Sirven para que cuando el niño se despierte en medio de la noche, sepa donde está y pueda ver lo que le rodea.
La Sociedad Italiana de Pediatría ofrece una lista de 10 consejos para prevenir y tratar los trastornos del sueño en los niños:
1. Respeta la hora de ir a dormir cada noche.
Acostumbra a tu pequeño a irse a la cama a la misma hora todas las noches, incluso cuando es un bebé. Establecer un ritmo le ayudará a dormir más fácilmente.
2. Procura que siempre duerma en el mismo ambiente.
Dicho de otra manera, que duerma siempre en su habitación. No dejes que se duerma en vuestra cama o en el sofá. Esto forma parte del ritual del sueño.
3. Disociar la fase de alimentación de la fase de sueño.
Esto no puede aplicarse en los primeros meses de vida. Con el paso del tiempo, reconoceremos las señales de que cuando el bebé esté a punto de dormirse, es el momento de quitarlo del pecho y ponerlo de nuevo en la cuna.
4. Respetar los horarios de las comidas durante el día.
Las rutinas también son importantes durante el día: procura mantener siempre los mismos horarios de comida, incluidos los tentempiés.
5. No usar el teléfono a la tablet después de cenar.
Al menos una hora antes de irse a dormir el niño no debe ser sobreestimulado con teléfonos móviles, tablet o televisión, porque afectan negativamente al ritmo de sueño-vigilia.
6. No llenarlos con demasiada comida o agua antes de ir a dormir.
Con la barriguita llena es más difícil conciliar el sueño.
7. Diferenciar el día y la noche.
El ritmo de sueño-vigilia se rige por la alternancia de luz y oscuridad. Por lo tanto, debe reducir su exposición a la luz durante la noche y volver a exponerse a ella en cuanto se despierte.
8. Evitar las sustancias estimulantes después de las 16 horas.
No le des bebidas que contengan teína, cafeína o chocolate, como el té o los refrescos de cola.
9. Fomentar una dieta equilibrada.
Una dieta sana y equilibrada nos ayuda a sentirnos mejor con nuestro cuerpo y como consecuencia, a dormir mejor.
10. No a los niños en la cama de los adultos.
Después de los 8/10 meses de vida, es mejor dejarles dormir en su propia habitación, incluso cuando se despiertan en mitad de la noche. Quédate con él y abrázale hasta que se duerma, pero siempre en su propia camita.
Diferentes tipologías de trastornos del sueño en los niños
Muchos niños sufren trastornos del sueño, como insomnio, terrores nocturnos, alteraciones del ritmo cardiaco y trastornos respiratorios.
Las Parasomnias
Las parasomnias son comportamientos que se producen al pasar de una fase del sueño a otra. Algunos se producen durante las fases no REM. Son el somniloquismo, el sonambulismo y los terrores nocturnos.
La somniloquía consiste en hablar, gemir o llorar durante el sueño, mientras que en el sonambulismo el niño se levanta de la cama y camina con los ojos abiertos.
El terror nocturno, se produce cuando el niño se sienta repentinamente en la cama, llora y grita, a veces suda y tiembla, y todo esto sin despertarse.
Lo que tienen en común los tres es que el niño parece estar despierto, pero no lo está. No puedes relacionarte con él y al día siguiente no recordará nada. Por esta razón, los papis suelen asustarse y tener miedo.
Entre las parasomnias de las fases REM se encuentran las pesadillas, que aterrorizan al niño y hacen que se despierte. Pero en este caso, el niño es consciente y recordará al día siguiente que se ha despertado, aunque no recuerde exactamente lo que ha soñado.
Movimientos del sueño
Durante el sueño, los bebés pueden realizar una serie de movimientos. Entre ellas se encuentran:
- La mioclonía benigna del lactante cuando mueven repentinamente los brazos, las piernas y la cara durante el sueño. Desaparece por sí sola a los 6 meses y es algo completamente normal, tan sólo significa que el cerebro del bebé está activo.
- Los movimientos rítmicos del cuerpo y de la cabeza, como darse la vuelta o dar golpecitos, cesan a los 5 años.
¿Qué hemos aprendido con este artículo? Que si tu bebé se queja y se mueve mucho mientras duerme, no debes preocuparte. En la mayoría de los casos se trata de un hecho fisiológico.
Si, por el contrario, el sueño inquieto del bebé se prolonga más allá de los cuatro meses, puede que haya llegado el momento de poner en práctica algunos de los consejos enumerados anteriormente.
Si tienes dudas, habla con tu pediatra. Él o ella te ayudará a entender si hay o no un trastorno del sueño detrás del sueño inquieto de tu bebé, y te dará indicaciones para poder solucionarlo.
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