¿Cómo ayudar al bebé a desarrollar un ritmo regular de sueño-vigilia? En primer lugar, debemos conocer las diferentes etapas del sueño por las que pasa el bebé durante los primeros meses de vida. ¡La Dra. Rondine De Luca, asesora del sueño, nos las explica!
Las típicas preguntas que me hacen las mamás primerizas son: ¿Por qué mi bebé sólo quiere estar en brazos? ¿Por qué se despierta nada más lo dejo en la cuna? ¿Por qué duerme poco durante el día? ¿Por qué siempre se despierta llorando? ¿Por qué, a pesar de tener sueño, llora cuando lo pongo en la minicuna a dormir?
Intentaré responder a todas estas preguntas en los próximos párrafos.
Los primeros meses de vida de un bebé son los más emocionantes, pero también los más complicados. Los papás, a menudo se sienten inseguros, llenos de dudas y de preguntas, y con la sensación de que nunca saben lo suficiente.
Solemos leer de todo, obtenemos información de todas las fuentes posibles, desde lo que leemos en internet, a los consejos de nuestras madres, a los tips de nuestras suegras, a los del pediatra, a los amigos, al vecino de arriba…. Así, sólo nos arriesgamos a confundirnos más aún, porque cada uno de ellos tiene respuestas distintas e incluso que se contradicen entre sí.
Por eso, estoy aquí para aclarar este tema tan delicado para los padres y las madres: el ritmo de sueño y vigilia desde el nacimiento hasta el quinto mes de vida del bebé.
¿Cómo se regula el ritmo de sueño y vigilia del bebé?
Comencemos con un concepto que muchos desconocen, el ciclo circadiano. Es un reloj biológico de 24 horas.
Todos los días, de hecho, ciertas condiciones de nuestro cuerpo se repiten más o menos al mismo tiempo, como el ritmo de sueño y vigilia. El reloj circadiano es un sistema interno complejo regulado por múltiples factores y que se basa en estímulos externos. El ritmo de sueño y vigilia se regula según la luz y la temperatura del ambiente. Nuestro ciclo circadiano comienza a desarrollarse ya en el vientre de la madre, y está íntimamente ligado al reloj interno de la madre.
Una vez que nacemos, nuestro ritmo sigue en sintonía con el de mamá durante las primeras seis semanas, ya que nuestro cuerpo está bajo la influencia de sus hormonas, y también porque nos nutrimos de su leche materna.
Alrededor de la sexta semana, el cuerpo comienza a entrar más en sintonía con el medio externo. Por eso, el sueño de los bebés generalmente se interrumpe por completo.
¿Cómo funciona el sueño del bebé?
Al nacer, el sueño de un bebé es muy diferente al de un adulto. A medida que el bebé crece, se transforma y toma forma (y ritmo).
Nada más nacer, los bebés necesitan cuidados para sobrevivir. El apoyo de mamá crea una adicción necesaria que disminuye gradualmente a medida que adquieren nuevas habilidades motoras, cognitivas y emocionales.
¿Cómo hacer que el bebé adopte un ritmo de sueño y vigilia similar al nuestro?
Es posible que se estructure el ciclo circadiano en el bebé mediante la exposición a la luz durante el día y a la oscuridad durante la noche, creando rutinas y horarios, aunque no sean rígidos.
Esto solo ocurre después del cuarto mes de vida, cuando el ciclo circadiano se vuelve independiente del de la madre. Muchos padres relatan los problemas de sueño del bebé a partir de esta edad, sin saber que está relacionado precisamente con el hecho de que el bebé comienza a buscar sus propios ritmos de sueño y vigilia.
Es necesario estructurar una rutina correcta, que se remonta al ciclo circadiano.
Un paso atrás en la evolución
El antropólogo A. Montagu, nos enseña que el cachorro del ser humano es el único mamífero que termina la gestación fuera del útero.
Gracias a la evolución, la especie humana tomó una posición erguida y la mujer comenzó a dar a luz "de manera prematura" a los nueve meses de embarazo por dos motivos principales; por la fuerza de gravedad que empuja al feto, y, sobre todo, por el exponencial crecimiento del feto, de su cráneo, por lo que las caderas y la pelvis de la madre no soportarían su paso a través del canal vaginal si fuera de un mayor tamaño.
No obstante, nacido el bebé, éste necesita nueve meses adicionales fuera del útero (exogestación) para terminar de formarse. En este período todavía tiene los mismos ritmos y necesidades de cuando estaba en el útero. Por tanto, necesita sentir el calor de su madre, el olor de su cuerpo, el latido de su corazón y el contacto continuo y constante.
Por qué el bebé se calma cuando lo cogen en brazos
La investigación científica ha demostrado que la separación prematura del recién nacido de la madre provoca diversas reacciones negativas, así como desequilibrios de la frecuencia cardíaca, en los ritmos de sueño y de las hormonas necesarias para su desarrollo.
Además, estar separado de la madre supone un gran estrés para el recién nacido, como se aprecia en los análisis, los recién nacidos separados se mamá muestran una sobreproducción de cortisol, la hormona responsable del estrés.
Ésta es la razón por la que tantos bebés lloran todo el tiempo en los primeros meses de vida.
Sentirse lejos de su madre, los hace sentir vulnerables e indefensos. Por eso adoptan el único mecanismo de defensa que tienen: ¡llamar la atención con el llanto!
Muchas madres no entienden el motivo de estos llantos y se sorprenden cuando, nada más cogen al bebé en sus brazos, ¡de repente se calma!
Es un error confundir con un vicio o un capricho el hecho de que el bebé deja de llorar cuando se le coge en brazos. En realidad, en este período consentir y que el bebé sea caprichoso es algo que no existe aún, ¡ir en brazos es una necesidad indispensable del bebé!
Así que recuerda; si coges a tu bebé en brazos cuando llora, no lo estás malcriando, ¡estás dándole lo que necesita!
La importancia del apego con el bebè
El cuidado basado en el contacto constante entre padres e hijos en los primeros meses de vida favorece el desarrollo de la independencia y la autonomía.
El apego se expresa en diversas formas, tales como:
- amamantar
- hacer que un bebé se duerma en brazos
- portearlo en un fular, bien apretadito y en contacto con mamá
- durmiendo cerca de día y de noche (por supuesto, siempre de una forma segura).
Todas estas formas de contacto hacen que el bebé esté menos nervioso porque se siente más seguro. No tendrá que gritar y llorar para llamar a su madre.
El componente emocional de la madre es fundamental en el momento de conciliar el sueño, ya que nadie puede dormirse si tiene miedo.
Bowlby lo llama teoría del apego; argumenta que el apego del bebé a su cuidador, que se establece en los primeros meses de vida, afecta a todo el desarrollo del niño. La insuficiencia del cuidado materno durante la primera infancia impide el desarrollo armonioso de su personalidad.
Según el psicoanalista, el contacto con el bebé que llora es la respuesta más adecuada de la madre a una señal de malestar expresada por el bebé. De hecho, el vínculo madre-hijo no se basa sólo en la necesidad de alimentación del bebé, sino en el reconocimiento de sus emociones y necesidades.
Cómo promover un apego seguro
A continuación, enumero algunas acciones que favorecen el modelo de apego seguro, y que se pueden realizar desde el momento en que nace el bebé:
- La lactancia materna es un momento clave para construir un apego seguro
- El comportamiento que ofrezcala calidez que se da durante la lactancia, como las miradas y el contacto, que pueden adoptarse también en los bebés que toman biberón
- Responder de manera sensible a las necesidades del niño
- Pasar tiempo de calidad con él
- El contacto piel con piel ofrece oportunidades reconfortantes y agradables, así como calmantes
- Masajesneonatales
- Contacto frecuente: abrazos, juegos que favorecen la cercanía física
¿Cuándo comienza a cambiar el ritmo de sueño y vigilia del bebé?
Thomas Berry Brazelton (Pediatra estadounidense, autor del desarrollo de la escala de calificación del comportamiento neonatal) sostiene que el bebé tendrá un sistema nervioso lo suficientemente maduro como para permitirle dormir hasta 6/8 horas por la noche, sin comer y sin necesidad de otros tipos de intervención de los padres solo cuando alcance los meses de vida. En realidad, es posible que esto suceda incluso más tarde, alrededor de los 6 meses.
Como hemos visto, y la ciencia lo confirma, es fundamental que en los primeros meses el niño sienta la cercanía de los padres.
El contacto, el cuidado, la lactancia, la protección en brazos de los papás… no conduce a malacostumbrar o a crear malos hábitos de los que nunca os desharéis, sino a una "adicción sana".
Aunque pueda parecer una paradoja, esto constituye la base para que el bebé encuentre la seguridad y estabilidad que necesitará cuando más adelante, tenga que adquirir su autonomía.
La regresión del sueño en el cuarto mes
Durante este período, se produce la regresión del sueño. El sueño se fragmenta y el bebé permanece despierto durante horas incluso de noche.
Los padres experimentan esta fase con una gran frustración, experimentando una profunda sensación de agotamiento que nunca habían sentido. En realidad, solo dura poco tiempo.
Se le llama comúnmente regresión del sueño, pero en realidad, y como hemos visto, el ritmo del sueño del bebé está madurando; el sueño cambia de un estado constante a un patrón dinámico que incluye sueño ligero, sueño profundo y despertares llamados “chequeos”.
Estos despertares ocurren cada 60 a 90 minutos durante la noche y de 30 a 45 minutos durante el día.
Se llaman chequeo o "control" porque permiten que el recién nacido se despierte periódicamente y revise el entorno que lo rodea, para asegurarse de que todo está como estaba cuando se quedó dormido.
El ritual de la hora de dormir
Después del cuarto mes de vida, podéis empezar a enseñarle al bebé algunas pautas o rituales para que los asocie a la hora de ir a dormir.
Si nos paramos a pensarlo, todos tenemos una rutina para la hora de dormir. Cada uno de nosotros realiza, más o menos las mismas acciones en el mismo orden todas las noches antes de irnos a la cama.
Necesitamos esto para crear una especie de "limbo temporal" para pasar del día a la noche y preparar el cuerpo y la mente para el sueño.
Por eso, es importante hacer lo mismo con los niños, dándoles tiempo para que se acostumbren a la idea de que, por la noche, hay que ir a acostarse.
El marco temporal adecuado para el ritual de la hora de dormir es de 20 a 30 minutos como máximo, no más, de lo contrario corremos el riesgo de estimular demasiado al niño y de obtener resultados opuestos.
El ritual consiste en un conjunto de acciones, pocas y muy sencillas, que se realizan todas las noches para que el recién nacido las recuerde y reconozca la secuencia previa al sueño.
El objetivo del ritual de la hora de acostarse es tranquilizar al bebé. Saber exactamente lo que sucederá a continuación reduce el estrés en él y aumenta su sensación de seguridad, lo que le facilita conciliar el sueño.
Bañarse, leer un cuento, cantar una nana... son las actividades que pueden preparar al bebé para lo que está a punto de pasar, o para dormir. ¡Igual incluso afectan también a mamá y papá!
Dr. Rondine De Luca – Asesora del sueño
Dr. Rondine De Luca es experta en el sueño de los bebés y se especializa en resolver sus problemas a la hora del descanso. Durante su trayectoria profesional, de más de 10 años, ha ayudado a más de 1200 familias en Italia y en el extranjero a poder descansar, a través de su método "Le fate della Nanna", en español “Las hadas del sueño”. Síguela en Instagram @lefatedellananna. Su página web es: www.lefatedellananna.it.