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En el artículo de hoy, la ginecóloga Ambra Garretto, nos habla de los diferentes tipos de parto.
Los bebés pueden venir al mundo por diferentes tipos de parto, dependiendo de la situación. El parto natural a término sigue siendo el método más común. La OMS lo promueve como el método preferible, a menos que la situación requiera otro tipo de parto, como la cesárea o la inducción.
La doctora Ambra Garretto, ginecóloga en Milán, nos cuenta los diferentes tipos de parto.
Nacimiento prematuro
El parto a término es el que se produce después de la semana 37 de gestación. Si el bebé nace antes de la semana 37, el nacimiento es prematuro.Existen diferentes grados de prematuridad.
Entre la semana 34 y la 37 se habla de baja prematuridad. La mayoría de los bebés que nacen después de la semana 34 son capaces de respirar de forma independiente y no necesitan asistencia respiratoria, por lo que no es necesario intubarlos.
Antes de la semana 34 es un prematuro moderado o tardío. Si el bebé nace entre la semana 30 y la 34 se habla de prematuridad media. El nacimiento antes de la semana 30 se denomina prematuro extremo.
Parto natural
El parto natural es la forma más común de dar a luz y está promovido por la Organización Mundial de la Salud. Tiene lugar por vía vaginal alrededor de la semana 40, cuando se producen las contracciones. Hay que favorecerla y promoverla absolutamente porque ofrece ventajas indiscutibles para la salud de la mamá y del niño.
Los bebés nacidos por vía vaginal suelen tener menos problemas respiratorios. El bebé se adapta lentamente a la transición de la vida intrauterina a la extrauterina.
Sus pequeños pulmones podrán deshacerse de la parte de agua que han acumulado en el abdomen materno al pasar por los músculos del suelo pélvico y luego hacer el primer llanto fuera de la vagina de la madre.
Para la mamá, salvo complicaciones, es sin duda la mejor forma de parto porque la recuperación posparto es mucho más corta, no hay ninguno de los riesgos asociados a una operación quirúrgica y la tasa de infección es menor.
La estancia en el hospital es más corta y la recuperación es casi inmediata. La mamá podrá levantarse y llevar una vida normal, tan solo con un pelín de cuidado.
¿Cómo se produce el parto natural?
El parto natural pasa por cuatro fases.
La fase prodrómica, o fase de preparación, en la que comienzan las contracciones, en esta fase son irregulares. Luego viene la pérdida del tapón mucoso y la rotura de las aguas, es decir, la ruptura de las membranas amnióticas.
En este momento comienza la fase de dilatación, y comienza el parto, en el que el cuello uterino se dilata y el bebé se prepara para salir, posicionándose en el canal de parto.
La tercera fase es la fase expulsiva, con el nacimiento del bebé, mientras que la última fase, llamada de secundación, es la expulsión de la placenta, que se produce al cabo de unos veinte minutos.
En algunos casos, la rotura de las membranas amnióticas precede al parto. En este caso se habla de la "rotura prematura de membranas".
El parto por cesárea
En algunos casos es absolutamente necesario dar a luz por cesárea, es decir, el nacimiento del bebé a través de un corte en el abdomen de la mamá, mediante una intervención quirúrgica.
No es la primera opción, por lo que, en ausencia de complicaciones, no se favorece porque hay un paso muy breve del bebé del interior al exterior del cuerpo de la mamá. Esto significa que el bebé tiene menos tiempo para adaptarse al cambio.
Al tratarse de una intervención quirúrgica, existen riesgos de infección, hemorragia y anestesia que están inevitablemente relacionados con el procedimiento.
Sin embargo, hay casos en los que se recomienda, como en presencia de sufrimiento materno y fetal. Por ejemplo, en presencia de patologías como los casos de parto detenido y los casos en los que el bebé está colocado con las nalgas hacia abajo. En la posición de nalgas, al bebé le resultará mucho más difícil salir de forma natural.
Hay casos de solicitud materna de una cesárea, pero estos se intentan limitar al máximo.
La cesárea puede planificarse junto con el ginecólogo, cuando se trata de un parto desaconsejable, o puede ser urgente si el parto ya está en marcha y la salud de la madre y del bebé está en peligro.
El parto inducido
Hay situaciones en las que es absolutamente necesario inducir el parto. Las inducciones pueden ser por parafisiología o por patología.
La parafisiología se produce en los casos de parto inducido debido a un embarazo sobredimensionado, es decir, cuando el nacimiento se prolonga varios días más allá de la fecha prevista. El número de días varía de una clínica a otra, aproximadamente suele provocarse después de 10 días.
El parto se induce cuando el bebé no muestra signos de querer salir del vientre de la madre, no hay contracciones preparatorias. Los riesgos de permanecer más tiempo en el cuerpo de la mamá son mayores que los de inducir el parto y dar a luz al bebé.
La inducción por patología se produce antes del final del embarazo cuando existe una condición que supone un riesgo para la salud del bebé y de la mamá. La patología puede darse en el bebé, como un retraso en el crecimiento o, en la madre, como la preeclampsia, la diabetes o la colestasis.
Estas patologías hacen que el parto inducido y prematuro sea necesario para el bienestar del bebé y de la mamá.
El tipo de parto depende de varios factores, pero si el embarazo transcurre con normalidad y sin complicaciones, el bebé nacerá de forma natural.
Dra. Ambra Garretto - Ginecóloga
La Dra. Ambra Garretto es médico especialista en obstetricia y ginecología. Se graduó en la Universidad de Milán en 2008 y completó su formación médica en el Hospital San Paolo de Milán. La Dra. Garretto es madre y médico y adora las dos cosas.