Convertirse en padres es una experiencia única, que trae consigo expectativas, emociones y problemas prácticos. Representa un gran cambio, que a menudo provoca una crisis de pareja después del nacimiento del bebé. No porque falte amor, sino más bien porque el recién llegado altera el equilibrio familiar desde todos los puntos de vista.
Lo que es seguro es que la vida en pareja se pone a prueba, especialmente durante el primer período, pero vuestra conexión puede salir hasta fortalecida de este torbellino abrumador que es la llegada al mundo de la paternidad/maternidad. Intentemos entender juntos cómo cambia la dinámica familiar cuando llega un bebé, y cómo podemos evitar la temida crisis de pareja... o superarla gracias a un amor aún más fortalecido.
Vida en pareja: ¿cómo cambia cuando nace un bebé?
Incluso las parejas más unidas y estables pueden flaquear cuando nace su primogénito. La crianza de los hijos es una tarea que parece sencilla sólo en la teoría, pero esto no debería desanimarte. Eso sí, durante los primeros meses de vida de tu bebé, tanto tú como su papá, tendréis que aprender a desempeñar nuevos papeles, pero con un poco de atención podrás hacerlo, dejando el espacio adecuado para los aspectos que hicieron especial vuestra relación, ¡tan especial que os hizo desear un hijo!
Ser padres: el papel de mamá y de papá
Otra cosa que está clara hoy en día es que, en los últimos años, los papeles de los padres han evolucionado y son más fluidos respecto a las rígidas divisiones de género que había antes. Sin embargo, es cierto que una mujer se convierte en madre en cuanto descubre que está embarazada, mientras que un hombre tarda un poco más en internalizar su papel de padre. No es solo una cuestión cultural: la fisiología también predispone a la mujer a aceptar de inmediato la vida que crece en su interior, y a percibir un vínculo muy especial desde el primer momento.
Sumado a esto, es innegable que el papel de madre se aprende desde los primeros años de vida: jugar con muñecas, observar a las mujeres de la familia con sus hijos, hacer alguna que otra vez de niñera... todo esto, combinado con hormonas y cuestiones prácticas, como la lactancia materna, hace que sea la mujer la que asume un papel central en el nacimiento del niño.
El hombre, por su parte, debe aprender todo desde cero, o casi. Esto no le quita importancia a la figura paterna: ¡mejor dicho! El padre es fundamental para el desarrollo psicológico y social del niño, pero al principio puede sentirse un tanto aislado, ya sea por su pareja que por como por la vida familiar. De hecho, no es nada raro, que el recién nacido duerma en la cama con la mamá, y por tanto la cama se convierte en una cuna gigante y pierde su significado de intimidad y de amor conyugal.
Todos estos cambios tienen implicaciones emocionales y, como decíamos, podrían provocar una crisis de pareja tras la llegada del pequeñín. Afortunadamente, con una buena dosis de amor y de atención mutua puedes aprender a darte el espacio adecuado para ti, para la pareja y para la familia.
5 consejos para evitar una crisis matrimonial tras el nacimiento de un hijo
Si acabas de ser madre (o si tienes amigas que lo son), ya te lo sabes bien: cuidar de un recién nacido requiere una gran inversión de tiempo y de energía. Adaptarse a los nuevos ritmos que requiere su cuidado puede ser difícil y es muy común que el cansancio, la frustración y una sensación de insuficiencia se apoderen de una mami, hasta, en algunos casos, causarle una depresión post-parto. ¿Cómo evitar que todo esto conduzca a una crisis de pareja tras el nacimiento de un hijo? Aquí te damos 5 consejos.
# 1: Solidaridad mutua
Cuando nace un bebé, el componente clave de la relación de pareja es la solidaridad. El apoyo mutuo se muestra en las pequeñas cosas: mientras la madre amamanta y cambia el pañal, el padre puede cocinar, o el pequeño descansa con el padre mientras la madre se da una ducha relajante.
# 2: Reserva un espacio para la vida en pareja
Ser padres no debe ocultar por completo el componente romántico y de complicidad que unía antes a la pareja. Por lo tanto, es importante sacar tiempo para estar solos los dos: una cena en el restaurante, una velada en la intimidad o incluso un fin de semana dejando al niño a los abuelos. ¡Conquista y déjate conquistar, que viva el amor de pareja!
# 3: Acepta todos los matices de la realidad
La vida como padres no es fácil: está llena de afecto y de euforia, pero también tiene aspectos menos agradables. Es inútil -de hecho, dañino- actuar como avestruces y hundir la cabeza en la arena cuando hay cosas que no funcionan: es mucho mejor aceptar estos nuevos papeles de papás, en todas sus facetas. ¡Esto es también lo que hace que la vida familiar sea tan intensa y atractiva!
# 4: No te olvides de quién eres
Hemos dicho que para evitar una crisis de pareja tras el nacimiento de un hijo es importante seguir dándole importancia a la relación. Asimismo, es esencial no olvidar que, antes de ser madre y la mujer de alguien, o padre y el marido de alguien, uno es un individuo. Sois una mujer y un hombre con intereses, amistades, pasiones y emociones, eso nunca lo olvides.
# 5: Pide ayuda si la necesitas
Si crees que la aventura de ser mamá o papá te viene grande, tienes dos opciones: la primera, habla con parejas de amigos que ya han pasado por la fase a la que estáis haciéndole frente ahora. Es decir, contar con su apoyo te hará sentir comprendida y menos sola, y te lo pondrá todo más fácil. La segunda es pedir ayuda a un profesional que se encargue de la vida de pareja y la crianza de los hijos: un ojo externo y experto puede marcar la diferencia al brindar sugerencias específicas diseñadas exclusivamente para la situación que estéis viviendo en este momento.
Con todo esto, lo que no queremos es asustarte, ya que no es seguro que siempre haya una crisis de pareja después del nacimiento de un hijo. Al contrario, en algunos casos la transición de pareja a familia transcurre sin problemas y se fortalece el vínculo entre los papás.
Sin embargo, no es tan poco frecuente encontrarse con algún que otro problemilla, y si este es el caso, no te sientas como la rarita de turno. Pon en práctica los consejos que acabas de leer, combínalos con el cariño que llevas dentro y verás como todo sale bien.