Además de tener las manos libres, ¡hay mucho más! El porteo tiene numerosos beneficios para el desarrollo psicomotor del bebé y para el bienestar de la mamá y el papá. Hablamos de ello con Chiara Cologiacomo e Federica Lavuri.
Los beneficios del porteo
"Para los niños pequeños, ser porteados, acunados, acariciados, abrazados, masajeados, son todos nutrientes indispensables, como las vitaminas, los minerales y las proteínas, incluso más". Frédérick Leboyer
El porteo es una práctica muy antigua que consiste en "llevar" a los bebés en un fular (u otro soporte), desde el nacimiento del bebé hasta cuando se desea.
Los beneficios del porteo son numerosos, y se pueden encontrar tanto en el desarrollo neuropsicomotor del niño como en el bienestar de los padres y de quienes rodean a la familia. Veámoslos juntos en detalle.
Los beneficios de portear al bebé desde los primeros días de vida
Puedes empezar a llevar a tu bebé en un fular desde los primeros días de vida, cuando el bebé tiene una necesidad extrema de contacto físico con los padres para recrear el entorno protector de la barriguita de la madre.
El porteo aporta considerables beneficios a ambas partes (el bebé y el portador) desde el principio. Veámoslos uno por uno.
Ayuda al bebé a recuperar la misma estimulación sensorial que sentía en la barriguita de la madre
El nacimiento es un acontecimiento "traumático" que supone un enorme cambio para el recién nacido, sobre todo a nivel sensorial: en el vientre estaba acostumbrado a seguir todos los movimientos de la madre y todo venía filtrado a través de ella.
En el vientre de la madre estaba envuelto en líquido amniótico y no sentía la fuerza de la gravedad. Al nacer se siente aplastado por la gravedad, lo que le dificulta cualquier movimiento.
En la barriguita, especialmente en los últimos meses del embarazo, el bebé está contenido por las paredes del útero, mientras que cuando nace se encuentra en un espacio que percibe como "ilimitado".
Por eso el porteo permite al recién nacido encontrar un entorno más parecido al de antes del nacimiento: el bebé está contenido y envuelto en el fular, estando en contacto con la madre y experimentando todos sus movimientos.
Refuerza el vínculo emocional entre los padres y el bebé
En el fular, el bebé está muy cerca de los padres.
Este contacto refuerza el proceso de vínculos afectivos, es decir, el primer vínculo emocional que se crea entre el padre y el niño, que se basa esencialmente en la información sensorial (olor, tacto, diálogo tónico, etc.).
Sentar las bases para un apego seguro y unas relaciones sanas en el futuro
La teoría del apego, teorizada por Bowbly*, afirma que los bebés están biológicamente inclinados a crear vínculos primarios con las personas que les rodean, sobre todo con sus padres. Estos vínculos les dan una gran sensación de seguridad y les permitirán establecer relaciones con otras personas en el futuro.
Llevar al bebé en un fular, desde los primeros días de vida, es un elemento que refuerza esta relación primaria. Permite al niño estar en contacto con la madre o padre y sentirse seguro, por otro lado, ayuda al progenitor a fortalecer la relación con su hijo.
El estudio realizado por Lela Rankin Williams y Patricia R Turner en 2021 demostró cómo el hecho de llevar a los hijos desde su segunda semana de vida fomenta un apego seguro incluso en presencia de ciertos factores de riesgo que podrían conducir a un apego inseguro o desorganizado.
*Primary Object Cling', Bowlby, 1958.
Los beneficios para los niños mayores
Los niños pueden ser llevados en un portabebés hasta los 5/6 años. Aunque los beneficios son mayores para los recién nacidos, el porteo sigue teniendo efectos positivos tanto para el niño como para el portador.
Un lugar seguro al que volver cuando se independicen
El babywearing puede ser un lugar seguro al que volver, un momento íntimo en el que el bebé y los padres pueden encontrarse.
En la difícil tarea de crecer, siempre hay que saber que se puede volver a un puerto seguro.
Los niños, en su proceso de crecimiento, dan muchos pasos para afirmarse y ser independientes: a través del proceso que Margaret Mahler denomina de Separación e Individuación los niños aprenden a ser individuos distintos de sus cuidadores.
Cuando empiezan a caminar, la separación toma la medida del espacio físico. Se alejan unos pasos para sentir el placer de volver a los brazos de quienes les quieren.
Crear una rutina para el niño
Más adelante, la práctica del porteo puede incorporarse a la rutina. A los niños les encantan las rutinas porque les ayudan en su desarrollo cognitivo, en el aprendizaje del flujo del tiempo, en el concepto de causalidad. Las rutinas les permiten estar más regulados porque aprenden qué esperar.
El porteo permite al niño experimentar emociones positivas
El porteo es un abrazo, donde la palabra abrazo nunca es igual a vicio.
Al contrario, es un momento relacional muy importante, que apoya el aprendizaje y permite al niño experimentar emociones positivas.
Dirigen sus acciones dando sentido a las experiencias, le permiten controlar su comportamiento, almacenar y organizar las experiencias vitales, construir otras nuevas, resolver problemas y pensar (Stanley, Greenspan, Wieder).
Los beneficios para mamá y papá
Llevar al bebé también tiene numerosos beneficios para el portador (mamá, papá, abuelos, tíos...), en primer lugar, a nivel práctico, y luego también a nivel relacional, porque permite aumentar el vínculo con el bebé estableciendo una comunicación no verbal.
Esto es especialmente importante para el papá, que está en «desventaja» con respecto a la mamá. La mamá ya ha tenido la oportunidad de darse a conocer en los meses de embarazo, mientras que para el papá el proceso de conocerle empieza al nacer. El portabebés ayuda al bebé a conocer el olor y la voz de su padre, y estimula el apego recién nacido-padre.
Hay soportes para llevar al bebé que son muy fáciles de usar como Koala Cuddle Band, incluso para aquellos que nunca se han acercado a este mundo, para que puedan disfrutar de todas las ventajas sin tener que complicarse con los anudados.
Mantener las manos libres
Llevar a tu hijo significa que tienes las manos libres, por lo que puedes hacer otras cosas (en casa, con otros niños, salir de paseo, ir de compras) sin dejar de estar con tu pequeño, que seguirá todos tus movimientos y estará en contacto contigo.
El padre puede sentirse muy parecido a la madre durante el embarazo
El porteo también permite a los padres participar activamente desde los primeros días de vida y experimentar sentimientos muy similares a los que siente la madre durante el embarazo.
Ayuda al padre a fortalecer la relación primaria con su hijo y se pueden crear rutinas básicas para los recién nacidos, rutinas que se pueden mantener en otras etapas del desarrollo, cuando el niño es mayor, manteniendo la continuidad.
El porteo no es malcriarlo, sino responder a una necesidad fisiológica.
Para todas aquellas personas que, tras leer estas líneas, se preguntarán "¿pero no acabará mi hijo/hija malcriado/a?" la respuesta es: ¡absolutamente no!
Portear a tu bebé no significa consentirlo, como tampoco significa consentirte a ti mismo respondiendo al llanto de tu bebé, cogiéndolo en brazos.
Los bebés tienen una necesidad fisiológica de contacto, un contacto que les ayudará y apoyará en su desarrollo neuropsicomotor: cuando porteamos a un bebé estamos respondiendo a su necesidad fisiológica y, en cierto modo, lo estamos nutriendo.
Hemos hablado de la sensorialidad, el apego, las rutinas, los mimos y las relaciones: son hitos importantes para el bienestar y el desarrollo neuropsicomotor de todo recién nacido: el porteo es una de las formas y herramientas más naturales para apoyar todos estos aspectos, pero no es la única.
Mamás y papás que estéis leyendo esto, si nunca habéis usado y no tenéis intención de probar esta "herramienta" no os desesperéis, que no estáis equivocados. Busca y prueba el método que mejor se adapte a vosotros y a vuestro hijo para apoyarle en su crecimiento y sentiros a gusto en vuestro nuevo "trabajo" como mamá o papá.
Chiara Colagiacomo e Federica Lavuri - Terapeuta de la Neuropsicomotricidad del Desarrollo