Podemos tener una idea bastante clara de lo cómodo y práctico que puede resultar para los padres portear a su bebé en un fular o una mochila, pero no podemos saber realmente lo bueno que es para el bebé y para los padres si no sabemos qué es el porteo y cuáles son sus beneficios. Empecemos por aquí.
¿Qué es el porteo y para que sirve?
El término porteo, que significa literalmente “portar” al bebé consigo, hace referencia a la práctica de llevar al bebés envolviéndolos hacia el propio cuerpo, piel con piel, con los soportes adecuados (fulares, mochilas, etc.).
Llevar a tu bebé en un fular portabebés, no es una tendencia lanzada por influencers o bloggers de moda, es más bien una práctica muy antigua, utilizada en todo el mundo. Llega desde un pasado muy lejano, las mujeres en África, Asia, India y América han porteado a sus bebés por necesidad, ya que tenían que cuidarlos mientras realizaban las actividades necesarias para que sobrevivieran, ellas y toda la familia.
Portear al bebé crea un entorno similar al del útero para un recién nacido. Abrazado a su madre, encuentra su hábitat natural, percibiendo su calor, olor y sonidos familiares (respiración, latidos del corazón …) y experimentando así contención, protección y seguridad. La necesidad de contacto es una necesidad instintiva y ancestral, cuya satisfacción es sumamente importante para el recién nacido. ¿Quieres saber más sobre los beneficios del porteo? Lee todos los beneficios sobre el porteo en bebés.
La necesidad de contacto del bebé
Hay que tener siempre presente que, para un recién nacido, la necesidad de contacto es algo primordial, igual que la de comer o dormir.
Biológicamente, la especie humana no está hecha para que los bebés se separen de sus padres, como puede suceder en otras especies, por ejemplo, las crías de perros y gatos abandonan el nido para alimentarse. Además, la prole humana llega a la madurez motora al cabo de algunos meses después del nacimiento, y hasta ese momento, los bebés no serán capaces de seguir a sus padres.
Otro ejemplo es el de los caballos, que después de incluso minutos de vida, se ponen de pie y son capaces de trotar detrás de su mamá. El recién nacido, o mejor aún, su instinto primordial, sabe que para sobrevivir tiene que estar cerca de su mamá, y se asegura esta cercanía a través del contacto.
Un contacto que, se convierte también en un ejercicio para el niño y en una fuente de estímulo primaria, algo realmente fundamental para los recién nacidos y para los niños pequeños que no tiene nada que ver con que estén mimados, como se llega a escuchar en ocasiones.
Un niño que solo en la cuna llora y que nada más que lo coges deja de llorar NO es un niño mimado, sino un niño que demuestra su necesidad primaria, un niño perfectamente primitivo que intenta sobrevivir a los depredadores.
Sin embargo, no estaría bien olvidarse del adulto, porque tanto la maternidad como la paternidad son relaciones. El adulto tiene la función de mediar y de pactar, teniendo en cuenta las necesidades del recién nacido y también sus propias necesidades, que pueden variar según la sociedad a la que pertenezca: ayudar a otros hijos, trabajar, ir a por agua o a por comida, pero, incluso y simplemente, cuidar de sí mismo.
Portear al bebé en un fular portabebés es una manera para cuidar al bebé y responder a sus necesidades de mimos y de contacto, pero también es práctico y cómodo para todos los demás miembros de la familia. El arte de portear a los bebés nos llega desde hace muchos siglos, pero esto no quita que también sea una solución moderna y apta al estilo de vida occidental.
Se trata de un medio más para responder con amor a las necesidades de mayores y sobre todo, de los pequeñines.
Consejos útiles, ¿cuándo se recomienda el porteo?
Se puede portear a los bebés desde que nacen, y no hay una fecha obligatoria para dejar de portear. Sin embargo, es bueno tener en cuenta que el niño debe comenzar a caminar por sí mismo lo antes posible. A la edad de tres años, también debería abandonar ir en el cochecito por completo.
Otra cosa importante, es que la elección del medio que elijas para portear. Es fundamental elegir un soporte ergonómico, es decir, que respete la delicada fisiología del recién nacido, pero también la fisiología del porteador, haciendo así la experiencia cómoda y segura para ambos.
Dependiendo de la edad y del desarrollo motor del bebé, hay diferentes tipos de portabebés disponibles en el mercado:
- Fular elástico: es el primero que se recomienda, aguanta hasta que el bebé pesa unos 6-8 kg y permite llevar al bebé en posición de ranita, corazón con corazón. (Ésta es la única posición recomendada durante sus primeras semanas de vida)
- Fular rígido: cuando el bebé ya sujeta relativamente bien la cabecita solo, generalmente alrededor de los 3-4 meses se puede cambiar a un fular rígido, con el que se pueden hacer diferentes tipos de nudos; inicialmente, el bebé solo se puede llevar delante (vientre con vientre, o mejor: corazón con corazón), luego se mueve hacia un lado y finalmente puedes ponértelo en la espalda ¡igual que una mochila!
- Anillas: son fulares con una anilla, la tela se pasa entre ellas muy rápidamente y son adecuados para movimientos de duración breve
- Mei tai: es básicamente un “híbrido” entre un fular y una mochila más estructurada; permite un contacto muy íntimo entre el recién nacido y el porteador, al igual que con el fular, con la ventaja de que siempre está preparado para que lo puedas utilizar
- Mochilas portabebés: pueden ser de diferentes tipos según el peso y la edad del niño; y suelen estar hechas por una bolsa de tela con correas que se abrochan por la cintura y por la espalda del porteador
Consejos para un porteo seguro
Los fulares para bebés son una herramienta maravillosa, pero deben usarse con sentido común.
- No uses nunca el fular en la posición de cuna
- No uses nunca el fular en la posición en la que el bebé mira hacia delante
- No uses nunca el fular cuando estés llevando a cabo actividades potencialmente peligrosas (como cocinar)
- No uses nunca el fular en el coche o con cualquier otro medio de transporte (no en bicicleta, moto, caballo, puede ser que sí en avión, tren o autobús
- No te metas nunca en el agua con el bebé en el fular
- Asegúrate siempre de la integridad del producto, si alguna pieza estuviera descosida / dañada, no lo uses
- Hasta que hayas adquirido la seguridad necesaria, prueba a ponerte el fular cerca de una cama, un sofá o con la ayuda del papá, aunque la mejor solución sería dejarse guiar por un consultor
- Asegúrate en todo momento de que las vías respiratorias del bebé (nariz y boca) estén libres y sin comprimir hacia su cuerpo ni cubiertas por trozos de tela.
Feliz porteo para madres, padres, abuelos y, por qué no, ¡incluso para la canguro!