Quitarle el pañal a tu bebé es un momento tan temido como deseado. Poder dejar por fin de cambiar pañales, pero al mismo tiempo el miedo a gestionar una transición tan importante que puede no ser tan fácil. Lee nuestros consejos para afrontarlo de la mejor manera.
¿Por dónde empezar?
Los pañales se quitan normalmente entre los dos años y medio y los tres y medio. Se trata de un abanico de tiempo bastante amplio, porque cada niño tiene su propio ritmo.
La primera y más importante regla para quitarle el pañal a tu pequeño es hacerlo sólo cuando esté preparado. Forzarlo a salir antes de tiempo no te servirá de nada, salvo para empeorar las cosas.
¿Cómo puedes saber si tu hijo está preparado para esta importante transición?
Si notas que el pañal todavía seco cuando llega el momento de cambiarlo normalmente significa que ha empezado a controlar su vejiga. Otras señales son: pide que le cambien el pañal en cuanto lo ensucia, anuncia su intención de hacer sus necesidades o lo hace explícito en cuanto lo hace, empieza a sentir curiosidad por el orinal.
También puede ocurrir que sea el propio bebé el que diga que quiere quitarse el pañal, en cuyo caso hay que complacerlo enseguida. ¡No hay mejor manera de quitar un pañal que cuando empieza el cambio el bebé!
Consejos para quitar el pañal con éxito
Si crees que tu pequeño puede estar preparado para quitarse el pañal, ahora es el momento de empezar. Antes de explicarte cómo hacerlo, te damos algunos consejos para ayudarte, seguramente saldrás ganando.
No te estreses
Si toda tu atención y la de toda la familia se centra en este gran cambio, como si fuera un acontecimiento importancia ineludible, el resultado sólo puede ser el fracaso: el pequeño se sentirá tan incómodo con las expectativas que se enfocan sobre él que se sentirá realmente rechazado.
Así que no dejes que el estrés te afecte. Inténtalo con un enfoque suave, sin mostrar demasiada importancia.
Sin embargo, demuéstrale que tienes confianza en él, para que el niño también sienta que puede tener éxito. No expreses ninguna duda sobre el éxito, porque si el padre duda, el niño también dudará de sí mismo.
No lo castigues si no puede aguantarse
Regañarlo si se hace pipí encima, chantajearlo u ofrecerle recompensas si hace pipí no es el camino correcto.
Ármate de paciencia, puede ocurrir que no pueda contenerse todo el tiempo. No lo mortifiques, más bien demuestra que vives el episodio con ligereza. No es en absoluto un proceso natural que pueda controlar su vejiga.
Los contratiempos temporales son muy normales y se producirán varios “incidentes” antes de que el niño sea completamente independiente en este sentido.
Muéstrale cómo se hace
El ejemplo de mamá y papá es siempre un arma ganadora porque los niños aprenden por imitación.
Deja que te vea orinar, así entenderá de forma natural lo que significa ir al baño.
También puedes explicarles cada paso, como limpiarse con el papel higiénico, subirse la ropa, tirar de la cadena y lavarse las manos.
Cómo quitar el pañal en 7 días
Una vez que hayas captado las señales de que puede ser el momento adecuado para quitarle el pañal, puedes poner en práctica dicha estrategia, que para mayor comodidad dividimos en días.
Día 1
Leed juntos un libro sobre cómo usar el orinal, para despertar en él el deseo de probar a hacer pis y caca como hacen los mayores. Hoy en día los hay muy bonitos y llamativos.
Día 2
Llévale al baño contigo y asegúrate de que presta atención a lo que estás haciendo. Los niños aprenden por imitación, especialmente de sus padres.
No tengas vergüenza, explícale todos los pasos desde el principio hasta el final.
Día 3
Elegir juntos un orinal que le guste, es importante que se sienta cómodo y lo sienta como un "lugar" adecuado para él.
Día 4
Siéntalo cómodamente en el orinal, sin ropa interior ni pañal. Explícale con calma que cuando necesite hacer pis o caca se sentará en su orinal.
Aunque no consiga hacer pipí enseguida, le cogerá el tranquillo. Si se resiste y no quiere estar en el orinal, déjalo unos días y vuelve a intentarlo.
Cuando esté dispuesto a sentarse en el, y se sienta cómodo, entonces puedes pasar al siguiente paso.
Día 5
Establece una rutina de orinal según los hábitos del niño. En resumen, enséñale a ir al baño en cuanto se despierte, a media mañana, antes o después de comer y así sucesivamente, hasta antes de acostarse.
Déjalo en el orinal durante varios minutos, tanto si lo hace como si no. Cuando lo consiga, prémialo; pero no le hagas sentir mal si no lo hace.
Día 6
Adviértele de que a partir de ahora le quitarás el pañal y que deberá ir al baño. Tendrá que avisarte cuando quiera hacer pis y caca. Continúa con la rutina que comenzó el día anterior.
Día 7
Insiste en la rutina y elógialo cuando lo consiga. Aprenderá antes de lo que imaginas, pero es muy normal que haya recaídas.
Cómo quitar el pañal por la noche
Algunos padres prefieren un cambio decisivo y definitivo del pañal. Otros, en cambio, siguen poniéndole el pañal durante las horas nocturnas, que son las más delicadas.
De hecho, pueden pasar meses o incluso años hasta que el niño sea capaz de retener permanentemente las ganas durante la noche. A veces se producen episodios aislados de enuresis y se suelen dar hasta la edad de la escuela primaria.
Antes de quitarle el pañal por la noche, puedes probar una vía intermedia: dejarle el pañal puesto, pero animarle a usar el orinal si se escapa. Dile que puedes llamar a mamá o a papá y que lo ayudareis.
En cualquier caso, prepárate para lavar varios pijamas y sábanas. Protege el colchón con un cubre colchón impermeable para no causar daños irreversibles.
Y, a la vez, te llevará menos tiempo quitar las sábanas mojadas y hacer la cama a mitad de la noche, para que pueda dormir seco.
Cómo quitar el pañal a de los niños
¿Por qué los niños deben aprender a hacer pipí y caca en el orinal de forma diferente a las niñas?
La única diferencia es que también pueden hacerlo de pie. Para aprender, tendrás que observar cómo lo hace papá. Aunque, al menos al principio, podría ser más práctico para él hacerlo sentado en el orinal.
Una vez que hayas decidido quitarle el pañal a tu hijo y hayas avanzado en ello, no vuelvas atrás. Ni siquiera si la situación lo requiere por comodidad, por ejemplo, en vacaciones o en una excursión. Confundirías sus ideas y alargarías el proceso.