Para el recién nacido el chupete representa una forma de relajarse antes de dormir o de calmarse en momentos de estrés, como la separación de la mamá. Por eso muchos bebés acaban siendo inseparables de sus chupetes... y a muchos padres les resulta difícil cuando llega el momento de deshacerse de ellos.
Últimamente escuchamos con frecuencia a personas que se preguntan cómo deshacerse del chupete con el método Montessori, pero la realidad es que, según la famosa pedagoga, los bebés no deberían ni siquiera empezar a usarlo. Sin embargo, si reformulamos la cuestión preguntando cómo deshacerse de el de forma respetuosa con el niño, la respuesta existe.
Sin embargo, antes de pasar al cómo, detengámonos un momento en el cuándo: ¿A qué edad hay que quitarle el chupete al niño?
¿Cuándo quitarte el chupete?
Algunos dicen que cuanto antes se lo quitemos, mejor. La idea que subyace a esta afirmación es que cuando el niño es muy pequeño -menos de un año- no necesita explicaciones ni negociaciones para convencerse de que deje el chupete. Simplemente se lo quitas y al cabo de unos días es probable que no note la ausencia de lo que parecía un objeto indispensable.
Otros, en cambio, sostienen que hay que esperar al momento en que el bebé se sienta preparado para quitarle el chupete, puede parecerte extraño ahora mismo, pero es probable que tarde o temprano el bebé se canse de él y lo deje de usar.
Si este momento tarda en llegar, los expertos sugieren que no se elimine este hábito hasta los tres o cuatro años. A esa edad, el niño está bastante seguro de sí mismo y aprende rápidamente a consolarse de otras maneras. Lo importante es no dejar que el momento de abandonar el chupete coincida con periodos estresantes como el nacimiento de un hermanito o el inicio de la guardería.
¿Qué problemas puede causar el uso prolongado del chupete?
La edad de 4 años se considera el límite para el uso del chupete porque a partir de esa edad es mucho más probable que cause problemas como:
- La deformación del paladar o de la arcada dental.
- Mayor frecuencia de infecciones en el oído, nariz y garganta, debido a la tendencia a respirar con la boca abierta.
- Retraso o alteración del habla, porque el chupete dificulta los movimientos correctos de la lengua y los labios y es un desincentivo para hablar.
¿Cómo quitar el chupete? 5 formas para hacerlo
Si tu pequeño no da señales de querer dejar el chupete por voluntad propia, pero crees que ha llegado el momento, debes tener un plan de acción. Sea cual sea el método que elijas en el artículo de hoy te proponemos cinco. El truco para que funcione es ser cariñosa pero firme con tu decisión. Basta tan solo con un segundo pensamiento de volver a dárselo una vez que el chupete misteriosamente había desaparecido.
¿Por qué modalidad optas? No hay una elección correcta o incorrecta: depende de ti y del carácter de tu pequeño. Estas son nuestras sugerencias que pueden adaptarse a sus necesidades.
1. Con tiempo y con paciencia
El método más recomendable para retirar el chupete es el gradual, que empieza por limitar su uso en determinados momentos del día (por ejemplo, a la hora de dormir o al entrar en la guardería). Puedes preparar una "casita del chupete" en la que el niño debe dejar el chupete hasta que lo pueda volver a usar. Para hacer más fácil la separación, distráelo con actividades divertidas o dándole otro objeto transaccional para reconfortarlo, como un juguete suave o un trozo de tela.
Tanto tú, como las otras personas que le cuidan deben gratificarle y premiarle, aunque sea con un abrazo extra, cada vez que consiga dejar el chupete. De este modo, poco a poco dejará de sentir la necesidad de usarlo.
Una vez que haya conseguido eliminar el chupete durante el día, puede pasar a los momentos más "críticos". En el caso de la hora de acostarse intenta construir una nueva rutina que no le haga extrañar: dale un baño caliente o léele un cuento mientras está acurrucado en la cama. Puede ser difícil al principio, pero luego el chupete se convertirá en un recuerdo.
2. Con una desaparición repentina
Algunos prefieren métodos más drásticos, como hacer desaparecer el chupete de repente o “perderlo” de forma voluntaria. Pero atención que si el niño es muy dependiente y lo usa todo el día, este método podría ser demasiado traumático.
Es mejor utilizarlo cuando el bebé es muy pequeño y aún no tiene una comprensión completa de lo que ha pasado con su chupete, o prepáralo para su desaparición. Puedes avisar a tu hijo de que en tres días el chupete desaparecerá y por arte de magia hacer que la predicción se cumpla.
3. Con astucia
¿Por qué no hacer que el uso del chupete sea desagradable? Si lo frotas con limón, ajo o vinagre, a tu pequeño le dará asco el sabor y no lo querrá más. Puede ser un poco cruel, pero puede funcionar.
4. Con imaginación
Si hay algo que les gusta a los niños es trabajar con su imaginación. Háblales de un hada de los chupetes que vendrá a llevarse el suyo para llevárselo a los niños más pequeños a cambio del juguete que tanto desean. O inventa una historia con él como protagonista, contándole lo que hará con su chupete cuando se sienta preparado para abandonarlo. Repíteselo día tras día y, como por arte de magia, en algún momento te pedirá que hagas realidad la historia.
5. Con la ayuda de los libros
Hay muchos libros sobre cómo quitar el chupete, cada uno interesante a su manera, pero nos gustaría destacar tres que nos gustan especialmente:
- "El chupete de Gina" (Christine Naumann-Villemin): uno de los más conocidos, especialmente indicado para niños mayores que están acostumbrados a hablar con el chupete en la boca;
- “¡Adiós al chupete!” (Marta Munté): es un cuento con pestañas para que el niño interactúe e imite al protagonista.
- “Los superhéroes no llevan chupete” (Isaura Lee) ideal para los niños que tienen hermanos menores para hacerles entender que ellos, ya crecidos, no lo necesitan.
Los errores que no debes cometer
Como en todas las áreas tan sensibles, no sólo es importante cómo quitar el chupete sino también cómo no hacerlo.
Uno de los principales errores que ya hemos mencionado anteriormente es: ¡No abordar nunca este cambio al mismo tiempo que otros acontecimientos! Como el comienzo de la guardería, el nacimiento de un hermanito o la retirada del pañal.
También hemos mencionado el segundo error: ¡No tener segundas intenciones! Una vez que hayas decidido quitarle el chupete a tu hijo no vuelvas sobre tus pasos o desharás los avances logrados y darás luz verde a las rabietas.
Por último, pero no por ello menos importante: ¡Nunca te burles de su dificultad para dejar el chupete! No lo compares con otros niños de su edad y no le hagas sentir inadecuado, esto sólo tendrá el efecto contrario al que esperabas.
Ahora que sabes cómo quitarle el chupete, será mucho más fácil superar el reto sin dramas innecesarios.